He de reconocer que todavía no he visitado las salas lusas portuguesas. Por si alguien no lo sabe, el cine como manda la tradición europea (la excepción es España) es versión original. Pero pronto haré lo propio y lo contaré en este espacio, cómo no.
Hoy, aunque sea desde su exterior, he visitado la cine club de Oporto. Esta institución es una de la más prestigiosas de la ciudad en el plano cultural. El Cine Club se fundó hace más de un siglo y durante los primeros años de siglo XX, con un aperturismo cultural propio de la nueva república portuguesa, se dedicó a difundir el séptimo arte. Oporto es la cuna cinematográfica de Portugal y mucho tiene que ver esta insigne asociación, en 1906 se iniciaba la andadura.
El Cine Club de Oporto también pasó malos momentos. Los años treinta fueron complicados por la coyuntura política propia del momento. Posteriormente, el Cine Club pasó a la clandestinidad durante la dictadura de Salazar. En los años setenta, con la llegada de la democracia, esta institución volvió a brotar. En los noventa se estancó, pero en los últimos años está intentando volver a promocionar el cine portugués, el cual está de capa caída, con proyecciones al aire libre y en pequeñas salas.
En una pequeña planta del antiguo Hotel Do Louvre, se instala el Cine Club. Allí hay reuniones y conferencias y se respira cine por los cuatro costados. Un edificio de mucha historia, cuya construcción data del siglo XIX, que sitúa frente al Hospital de San Antonio. Un ejemplo de la trayectoria del antiguo alojamiento es la placa (que se ve en la imagen que hay al costado) que cuelga en la fachada del inmueble. En futuras entradas, me sumergiré en la apasionante historia de Portugal y de Oporto así como de las sesiones del Cine Club.
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