Este viernes se ha disputado en el Estadio do Dragao de Oporto, el gran clásico de la liga lusa, Porto frente Benfica. Mi curiosidad estaba a flor de piel para saber como viven nuestros vecinos peninsulares esta clase de partidos.
Esa pachorra que noto en las calles cuando camino por la ciudad es más o menos la misma con la que viven los amigos portugueses con el fútbol, y más de la importancia que tenia este enfrentamiento. Quizá el nerviosismo del choque o es que sencillamente son así, la tranquilidad era palpable durante el trayecto en metro hacia el estadio. La sensación era como si fuesen a trabajar en vez de a un partido de fútbol. He ido un par de veces al Bernabéu y puedo decir que las hordas madridistas ya animaban durante el camino hacia el campo.
Posteriormente, quizá es porque estoy acostumbrado a vivir este tipo de partidos de una forma muy bulliciosa, pude presenciar una forma de vivir el fútbol totalmente distinta. Los gritos (insultos) al colegiado no los pude escuchar, especialmente es porque son muy respetuosos con el estamento arbitral. ¿Qué curioso?, todo lo contrario que nuestro amigo Mou. Con cada ocasión, no suelen gritar uis como en España, son más pausados. Parece que la exprexión de que el fútbol es un estado de ánimo en Portugal es menos cierta.
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