viernes, 4 de noviembre de 2011

Una postal para los amigos

En tiempos tan globalizados, a veces no nos acordamos del correo tradicional: Yo creo que es una sensación increíble el momento en qué uno recibe una postal, es un instante mágico cuando piensas cómo estará la persona que te escribe. Uno también se emociona en cuando se pone a imaginarse el lugar del cual procede la mencionada postal. Por eso yo quiero que este cosquilleo que siento cuando he sido el afortunado de recibir la postal, también hagan lo propia que no tienen la suerte de estar en esta sensacional ciudad.

Porque también es una sensación similar enviar una postal. Elegir la más bonita, la crees que le pueda gustar al destinatario, contemplarla en casa más tranquilamente. Posteriormente coger el boli y tomar la decisión de qué escribir en un espacio tan pequeño. Y por último llega el excitante momento, para unos, y repulsivo para otros, de pasar la lengua por el sello para estamparlo en la parte trasera de la postal. Y al fin dirigirte al buzón más cercana para depositarlas en el. Una costumbre que se está volviendo de lo más bohemia. 

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