miércoles, 26 de octubre de 2011

Cena con espectáculo

Son las nueve de la noche, frente a la Estación Sao Bento, el gentío característico de esta zona propia del turismo se ha escabullido como por arte de magia. La avenida que sube hacia la zona alta de Oporto también parece desértica, el tráfico es prácticamente inexistente. En la cima, a los pies de una pequeña travesía que sube hacia la Catedral, no hay ni un alma. Llama la atención porque ese punto tan bello se encuentra a pleno sol repleto de visitantes, los trenecitos turístico aparcan allí y por ello que sea realmente un punto muy bullicioso. Una vez cruzas la plaza donde está la entrada a tal solemne templo y el Palacio Episcopal de la ciudad, se sale de ella a través de unas escaleras. A los lados la robusta muralla Fernandina. A partir de ahí, se extiende la parte más antigua de Oporto. Callejaulas angostas y sin un centímetro de planicie son la tónica predominante hasta llegar a la Ribiera. Pero no es nuestro destino. Tras dejar atrás la fortificación, encontramos un pequeño restaurante. En su entrada cuelga un pequeño cartel, Casa do Mariquinhas.

Nada podemos imaginarnos antes de acceder a su interior. Al abrir nos recibe el meitre, una persona muy educada, joven y que habla un pulcro castellano. Nos acompaña hacia nuestra mesa, por cierto es importante haber reservado por la dimensiones del recinto. Nuestra mesa es la del fondo del local. Al atraversarlo, uno contempla la tradición en las paredes, la decoración está realizada a base de artículos y fotografía propias de Portugal, propias del fado. 

Casa do Mariquinhas es uno de esos recintos típicos de Portugal donde mientras cenas te deleitan con la tradicional copla lusa. Tanto es así que os aseguro que la suculenta comida pasa a un segundo plato, pues os quedaréis con la boca abierta.

Tras tomarnos nota, el excelente servicio pone sobre la mesa el vino y unos apetitosos aperitivos. Después, mientras que preparan la comida, el espectáculo empieza. Las luces se apagan, el silencio se hace el protagonista durante unos segundos, a continuación un joven mujer entra en escena. Dos hombres toman la guitarra y la bandurria que presidían el local. La tierna voz pero a la vez potente comienza a brotar en forma de fado.

Posteriormente, una señora de más edad tomaba el relevo así como un portentoso caballero con un torrente de voz que sorprendió a propios y extraños. No se puede describir con palabras Un restaurante pequeño donde prima la calidad, tanto de la comida como la de los cantantes. Algo muy positivo porque se puede observar el público se emociona e interacciona con los cantantes.

La comida que degustaréis allí es francamente buena. Los aperitivos tienen muy buena pinta y por supuesto un buen gusto, por lo que sirven para abrir boca. La carne estofada para continuar es sabrosísima, me recuerda al típico rabo de toro español, probarla, aunque es más recomendable a medio día porque es un plato muy potente. El pescado es la autentica especialidad de la casa, en concreto el bacalao, típico en todo Oporto. El bacalao al estilo maraquinhas es el plato estrella, aunque también es recomiendo el panga rebozado. Los postres también harán las delicias de los comensales. Los crepes de manzana son excelentes.

Respeto a los fados yo creo que lo mejor es que lo veáis en el siguiente video. Casa do Mariquinhas se encuentra en la Rua San Sebastiao número 25. Este es el teléfono porque es recomendable reservar mesa, 915613877.

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